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Las siete bacterias más peligrosas

La Organización Mundial de la Salud  (OMS) ha señalado en su último informe siete de los agentes infecciosos más resistentes a los antibióticos

1. Klebsiella pneumoniae

Los microorganismos del género Klebsiella son bacilos gramnegativos inmóviles que pertenecen a la familia Enterobacteriaceae. El género Klebsiella está formado por varias especies, entre las que se encuentran K. pneumoniae, K. oxytoca, K. planticola y K. terrigena. La capa más externa de Klebsiella spp. está formada por una gran cápsula de polisacáridos que diferencia a estos microorganismos de otros géneros de esta familia. Aproximadamente del 60 al 80% de los microorganismos del género Klebsiella aislados de muestras de heces y clínicas son K. pneumoniae y dan positivo en la prueba de coliformes termotolerantes.

Efectos sobre la salud humana

Se han detectado Klebsiella spp. en pacientes de hospitales, estando la transmisión asociada con la manipulación frecuente de los pacientes (por ejemplo, en las unidades de cuidados intensivos). Quienes se exponen a un riesgo mayor son las personas con sistemas inmunitarios poco activos, como las personas ancianas o muy jóvenes, los pacientes con quemaduras o heridas extensas, los que están siendo sometidos a tratamientos inmunodepresores o los infectados por el VIH. La colonización puede dar lugar a infecciones invasivas. En raras ocasiones, Klebsiella spp. y, en particular, K. pneumoniae y K. oxytoca, pueden causar infecciones graves, como neumonía destructiva.


2. Escherichia coli

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Escherichia coli está presente en grandes concentraciones en la microflora intestinal normal de las personas y los animales donde, por lo general, es inocua. Sin embargo, en otras partes del cuerpo E. coli puede causar enfermedades graves, como infecciones de las vías urinarias, bacteriemia y meningitis. Un número reducido de cepas enteropatógenas pueden causar diarrea aguda.

Se han determinado varios tipos de E. coli enteropatógenas, basándose en diferentes factores de virulencia: E. coli enterohemorrágica (ECEH), E. coli enterotoxígena (ECET), E. coli enteropatógena (ECEP), E. coli enteroinvasiva (ECEI), E. coli enteroagregativa (ECEA) y E. coli de adherencia difusa (ECAD). Se cuenta con más información sobre los primeros cuatro tipos mencionados, pero se conocen peor la patogenicidad y la prevalencia de cepas de ECEA y ECAD.


3. Staphylococcus aureus

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Staphylococcus aureus es un coco grampositivo, aerobio o anaerobio, inmóvil, no esporulante, con actividad catalasa y coagulasa, que generalmente se dispone en racimos irregulares semejantes a los de uvas.

Efectos sobre la salud humana

Aunque Staphylococcus aureus forma comúnmente parte de la microflora humana, puede producir enfermedad mediante dos mecanismos distintos. Uno se basa en la capacidad de los microorganismos para proliferar y propagarse ampliamente por los tejidos, y el otro en su capacidad para producir toxinas y enzimas extracelulares. Las infecciones basadas en la proliferación de los microorganismos son un problema significativo en hospitales y otros centros de salud. La proliferación en los tejidos puede producir manifestaciones como forúnculos, infecciones cutáneas, infecciones postoperatorias de heridas, infecciones intestinales, septicemia, endocarditis, osteomielitis y neumonía. Los síntomas clínicos de estas infecciones tardan bastante en aparecer, por lo general varios días.


4. Streptococcus pneumoniae

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El neumococo, Streptococcus pneumoniae, es un microorganismo patógeno capaz de causar en humanos varias infecciones y procesos invasivos severos. Neumococo es un patógeno casi exclusivamente humano causante de un gran número de infecciones (neumonía, sinusitis, peritonitis, etc) y de procesos invasivos severos (meningitis, sepsis, etc.), particularmente en personas mayores, niños y personas inmunodeprimidas.


 

5. Non-typhoidal Salmonella

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El género Salmonella pertenece a la familia Enterobacteriaceae. Son bacilos gramnegativos móviles que no fermentan la lactosa, aunque la mayoría producen sulfuro de hidrógeno o gas por fermentación de los hidratos de carbono.

Inicialmente, se agruparon en más de 2.000 especies (serotipos) en función de sus antígenos somáticos (O) y flagelares (H) (esquema de Kauffman-White). Actualmente se considera que esta clasificación está por debajo del nivel de especie: en realidad sólo hay dos o tres especies (Salmonella enterica o Salmonella choleraesuisSalmonella bongori y Salmonella typhi) y los serotipos se consideran subespecies. Todos los agentes patógenos entéricos, excepto S. typhi, pertenecen a la especie S. enterica. Por convención, las subespecies se abrevian, de modo que el serotipo S. enterica Paratyphy A se transforma en S. Paratyphi A.

Efectos sobre la salud humana

Las salmonelosis típicamente producen cuatro manifestaciones clínicas: gastroenteritis (que va desde diarrea leve a diarrea fulminante, náuseas y vómitos), bacteriemia o septicemia (accesos de fiebre alta con hemocultivos positivos), fiebre tifoidea o paratifoidea (fiebre continua con o sin diarrea) y la condición de portadoras de personas infectadas anteriormente. En lo que respecta a la infección intestinal, las especies de Salmonella se pueden dividir en dos grupos bastante diferenciados: las especies o serotipos tifoideos (Salmonella typhi y S. Paratyphi) y el resto de especies o serotipos no tifoideos.

Los síntomas de la gastroenteritis no tifoidea aparecen de 6 a 72 horas después de la ingestión de agua o alimentos contaminados. La diarrea dura de tres a cinco días y cursa con fiebre y dolor abdominal. La enfermedad, por lo general, es de resolución espontánea. El periodo de incubación de la fiebre tifoidea puede durar de uno a catorce días, pero normalmente dura de tres a cinco días. La fiebre tifoidea es una enfermedad más grave y puede ser mortal. Aunque el tifus es poco frecuente en zonas con buenos sistemas de saneamiento, todavía es prevalente en otras regiones y enferman muchos millones de personas al año.


 

6. Shigella species

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El género Shigella, perteneciente a la familia Enterobacteriaceae, está formado por bacilos gramnegativos, no esporulantes e inmóviles que son aerobios facultativos. Las especies de este género tienen un patrón antigénico complejo y su clasificación se basa en sus antígenos O somáticos, muchos de los cuales son comunes a otros bacilos entéricos, como E. coli. Hay cuatro especies: S. dysenteriaeS. flexneriS. boydii y S. sonnei.

Efectos sobre la salud humana

Shigella spp. puede ocasionar enfermedades intestinales graves, incluida la disentería bacilar. Cada año se producen más de dos millones de infecciones que ocasionan unas 600.000 muertes, sobre todo en países en desarrollo. La mayoría de las infecciones por Shigella se producen en niños menores de diez años. El periodo de incubación de la shigelosis suele ser de 24 a 72 horas.

La ingestión de tan solo 10 a 100 microorganismos puede producir una infección, una dosis infectiva sustancialmente más baja que la de la mayoría de las demás bacterias entéricas. Al comienzo de la enfermedad aparecen cólicos, fiebre y diarrea acuosa. Todas las especies pueden producir enfermedades graves, pero la enfermedad producida por S. sonnei es, por lo general, relativamente leve y de resolución espontánea.

En el caso de S. dysenteriae, las manifestaciones clínicas pueden desembocar en la formación de úlceras con diarrea hemorrágica y una concentración alta de neutrófilos en las heces. Estas manifestaciones están relacionadas con la producción de la toxina shiga por el microorganismo patógeno.

Las especies del género Shigella están, al parecer, mejor adaptadas a la infección del ser humano que la mayoría de las demás bacterias entéricas patógenas.


7. Neisseria gonorrhoeae

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El gonococo (Neisseria gonorrhoeae) es una especie bacteriana gram negativa que forma diplococos. Es el agente causante de la gonorrea, enfermedad de transmisión sexual. También es responsable de la oftalmía neonatal.

Neisseria gonorrhoeae es un parásito exclusivo de los humanos, ya que no se ha encontrado en ninguna otra especie. Es un organismo muy sensible a la desecación y a las radiaciones UV, así pues su transmisión se produce por contacto íntimo entre dos personas, generalmente a través del coito.

Los síntomas de la infección con N. gonorrhoeae varia dependiendo del lugar de infección. La infección del tracto genital puede resultar en una descarga purulenta de la uretra, aunque algunas veces puede no llegar a producirse. Esta descarga puede asociarse con mal olor, inflamación, enrojecimiento, hinchazón, disuria y sensación de ardor al orinar. N. gonorrhoeae también puede causar conjuntivitis, faringitis, proctitis o uretritis, prostatitis y orquitis.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/listas/20140501/54406513438/siete-bacterias-mas-peligrosas.html#ixzz31cxEQCvi

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Las amebas se comen a bocados las células del intestino

El hallazgo de la trogocitosis define nuevas dianas terapéuticas para tratar la diarrea que afecta a miles de bebés en el mundo

Amebas dan bocados a células intestinales. / NATURE

La ameba Entamoeba histolytica, una de las más importantes causas de la diarrea fatal (amebiasis) en los países en desarrollo, se come vivas a las células del intestino, según acaban de descubrir científicos de la Universidad de Virginia en Charlottesville y del Instituto Pasteur de París. Horrenda como puede parecer la noticia, lo cierto es que los investigadores han aclarado el mecanismo molecular de esa ingestión, y definido así nuevas dianas para el tratamiento de la diarrea fatal. El proceso, llamado trogocitosis, nunca se había observado en ningún tipo de interacción entre parásito y huésped.

La amebiasis es común en los países en desarrollo. En algunas zonas de Bangladesh, por ejemplo, llega a infectar a un tercio de los niños en el primer año de vida, con resultados a menudo fatales, y en el resto de los casos con graves secuelas de malnutrición y retraso en el desarrollo.

Los detalles del mecanismo molecular de estos ataques a las células intestinales solo son de interés para especialistas, pero los autores están convencidos de que “la trogocitosis por amebas es una diana prometedora para el futuro desarrollo de nuevas terapias para la amebiasis, una de las principales enfermedades olvidadas en el mundo en desarrollo”.

La trogocitosis (del griego ‘trogo’,  morder o dar un bocado) es un proceso conocido en el sistema inmunológico, donde los linfocitos –o glóbulos blancos de la sangre, las células encargadas de la respuesta inmune— dan bocados a otras células defensivas que previamente han capturado a una bacteria, un virus u otro patógeno. Esta es la primera vez que se observa una trogocitosis infligida no por un linfocito a otro, sino por el propio agente infeccioso, la Entamoeba histolytica.

La infección por este protista –organismo unicelular eucariota, es decir, constituido por el mismo tipo de células que las plantas y los animales— causa una gran destrucción del tejido intestinal, a la que de hecho debe su apellido histolytica, pero los expertos estaban confundidos hasta ahora sobre la causa de ese daño. Los investigadores, coordinados por William Petri (Universidad de Virginia) y Nancy Guillén (Instituto Pasteur), han utilizado microscopía de células vivas para coger in fraganti a las amebas dando bocados a las células intestinales humanas hasta matarlas. Presentan sus resultados en Nature.

Se pensaba hasta ahora que la trogocitosis era una invención evolutiva relativamente reciente, posterior a la aparición de los sistemas inmunes adaptativos como los que poseemos los mamíferos. Desde que el proceso se descubrió en 2003, la hipótesis favorita de los inmunólogos ha sido que la trogocitosis evolucionó como un mecanismo de nutrición para las células que después fue reclutado como una forma de comunicación intercelular, que es lo que se observa en el sistema inmune.

Pero el hecho de que el mecanismo aparezca ya en las amebas, que son unos mil millones de años más antiguas que los primeros animales –no digamos ya que los sistemas inmunes avanzados— indica que la trogocitosis es un proceso muy antiguo, y que surgió como un arma para la guerra entre organismos unicelulares, como seguramente otros muchos mecanismos que ahora utilizan nuestras células para comunicarse entre sí. De hecho, casi todas las familias de genes implicadas hoy en la comunicación entre células humanas estaban ya presentes en nuestros ancestros unicelulares, los coanoflagelados.

La trogocitosis es claramente distinta de la fagocitosis, donde una célula se traga a otra entera, sin bocaditos ni medias tintas. La fagocitosis también es una potestad de algunas células del sistema inmune, y también de parásitos como la ameba, que la usa para tragarse enteros a los glóbulos rojos.

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Una microbacteria del Cardener para luchar contra la tuberculosis

Facilitar la entrada en Europa de los fármacos producidos en la India, entre los objetivos de las firmas participantes en la misión

Joan Cardona en su reciente viaje a la India

Nueva Delhi (ACN).-  Manremyc nació en marzo de este año. Con sede en Manresa, es una spin off ‘del laboratorio del Instituto Germans Trias i Pujol. La empresa es fruto de un proceso de investigación de cuatro años que ha culminado con un descubrimiento sorprendente: una micro bacteria, localizada en el río Cardener, puede luchar contra la tuberculosis porque permite evitar el desarrollo de la enfermedad. Su director general, Pere Joan Cardona, ya lo tiene todo a punto para empezar a comercializar en forma de fármaco. Estos días, él también está en la India. Las potencialidades que se le abren, tanto a él como al resto de firmas de la misión, vienen avaladas por 11.527 millones de euros anuales que el sector de las biociencias mueve anualmente en Catalunya.

Sólo en la India, cada año se detectan dos millones de casos de tuberculosis. Ahora, sin embargo, a más de 10.000 kilómetros de distancia del país asiático, ha nacido un nuevo fármaco que puede ayudar a revertir esta cruda estadística. Y su principio activo proviene de una micobacteria localizada en un río catalán, el Cardener.

Pere Joan Cardona, científico manresano

Quien la ha descubierto es el investigador manresano Pere Joan Cardona, que en julio del año pasado logró aislarla de una muestra de agua tomada del río. «Con dosis de esta micro bacteria, lo que conseguimos es que la gente infectada por la tuberculosis no desarrolle la inflamación que la hace aflorar, es decir, la infección no se va, pero sí conseguimos evitar que se vuelva enfermedad”, concreta Cardona.

Ahora, después de crear su propia empresa – Manremyc -, el investigador catalán ya tiene a punto el fármaco para empezar a comercializarlo. La ha bautizado con el nombre de Nyaditum. «Nuestra idea es que, a partir de principios del año que viene, ya pueda estar en el mercado”, explica. Este probiótico se venderá en cápsulas listas para ingerir, aunque dependiendo de la cultura y del país donde se distribuya, se puede adaptar el formato de presentación. “Bastará tomarlo quince días cada año para evitar la enfermedad”, explica el director general.

Misión comercial en India
Manremyc es una de las empresas del sector Biofarma que estos días participa en la misión comercial a la India. Pere Joan Cardona ya ha empezado a hacer los primeros contactos para conseguir que su descubrimiento entre al mercado indio mediante un socio establecido en el país asiático. Los encuentros tú a tú, donde han tomado parte las firmas de todos los sectores, se han hecho después de un seminario organizado por la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de la India (FICCI).

512 empresas y 11.527 Millones de euros anuales

En Catalunya, el sector de las biociencias está formado por 512 empresas, universidades y centros de investigación, y cada año mueve 11.527 millones de euros. Y la India, para las empresas que forman parte, está llena de oportunidades.

«El país tiene unas potencialidades enormes, además, no debemos olvidar que ya hay empresas farmacéuticas consolidadas”, concreta Montserrat Vendrell, directora de BioCat (la organización que promueve la biotecnología y la biomedicina en Catalunya). “Y aquí, nosotros podemos ser muy competitivos a la hora de ofrecer servicios para las primeras etapas de desarrollo de un nuevo medicamento o bien para abrir una puerta de entrada a Europa”, añade.

Precisamente, este es el objetivo que ha venido a buscar Kymos Pharma Services , otra de las empresas del sector que estos días también participa en la misión. La firma, sobre todo, se centra en analizar medicamentos antes de que salgan al mercado. Entre sus clientes cuenta con grandes farmacéuticas, como Esteve, Almirall, Ferrer o Grifols.

«Por un lado, hemos venido a la India para ayudar a las empresas farmacéuticas con I + D + I, sobre todo en lo que se refiere a biotecnología”, concreta su director general, Joan Puig. «Y por el otro, también queremos hacer de puente con aquellas farmacéuticas que quieran exportar medicamentos a Europa, porque nosotros les podemos hacer el análisis de calidad”, añade.

«No debemos olvidar que la India, además, es el país del mundo que produce más medicamentos genéricos «, explica Puig. Kymos, con sede en el Parque Científico de Barcelona, cuenta con una plantilla de 55 personas y factura unos 4 millones de euros al año. Sobre todo, vende sus servicios en Europa (fundamentalmente en Suiza, Italia, Francia y Portugal). El año que viene quiere entrar en Alemania y también abrirse más en Asia (ahora ya tienen algún cliente en Japón).

La delegación empresarial en la India, que preside Artur Mas , está formada por una cuarentena de empresas. El sector Biofarma tiene ocho, dedicadas a fabricar principios activos (Laboratorios Espinós y Bofill, LEBSA) y comercializar productos farmacéuticos (Tamarang), entre otros.

Una microbacteria del Cardener para luchar contra la tuberculosis.

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Erupciones volcánicas y «organismos extraterrestres»

Investigadores descubren cómo una megaerupción sucedida hace 25.000 años consiguió enviar microorganismos hasta 850 km de distancia, un nuevo mecanismo de diseminación de la vida en la Tierra

ALEXA VAN EATON Y DAVID FLYNN
Detalle de una diatomea encontrada en la ceniza de la erupción de Oruanui

Diatomea entre partículas de ceniza volcánica

Hace apenas unos días, un grupo de investigadores británicos, de la Universidad de Sheffield, aseguraban estar plenamente convencidos de haber encontrado organismos de origen extraterrestre en nuestra atmósfera, a 27 km. de altura. Milton Wainwright, director de la investigación, afirmaba entonces que “la mayoría de las personas sostendrá que estas partículas biológicas deben, por fuerza, haberse desplazado a la estratosfera desde la Tierra, pero es sabido que una partícula del tamaño de las que hemos encontrado no puede elevarse desde la Tierra hasta alturas, por ejemplo, de 27 km. La única excepción podría deberse a una violenta erupción volcánica (que empujara a esas partículas hacia arriba), pero nada de eso ha sucedido durante los tres años en que hemos estado recogiendo muestras”.

Ahora, un equipo de la Universidad Victoria, en Nueva Zelanda, acaba de revelar cómo una erupción explosiva sucedida hace 25.000 años consiguió enviar microorganismos hasta 850 km. de distancia, un hecho que revela la existencia de un nuevo mecanismo de diseminación y evolución de la vida en la Tierra. El estudio acaba de publicarse en la revista Geology.

Diatomea encontrada en las islas Chatham

En la década de 1970, el vulcanólogo Steve Self encontró unos curiosos restos microscópicos en los depósitos de una erupción acaecida en la isla norte de Nueva Zelanda hace 25.400 años. Se trataba de fragmentos de diatomeas, un tipo de algas unicelulares que se encierran en una fina cápsula de cristal de sílice y que a menudo se encuentran como microfósiles en rocas antiguas. A lo largo de los años, la observación de Self corrió de boca en boca entre los geólogos, casi como un rumor, hasta llegar a Alexa Van Eaton, una estudiante de doctorado en el laboratorio de Colin Wilson, profesor de la Universidad Victoria en Wellington (Nueva Zelanda).

Para Van Eaton, aquella observación nunca corroborada de que los volcanes podrían dispersar microorganismos a enormes distancias durante las erupciones abría un jugoso campo de investigación para su tesis doctoral. “Coincidía que teníamos a Margaret Harper, una experta mundial en las diatomeas de Nueva Zelanda, así que era un conjunto de circunstancias afortunadas”, relata la investigadora.

La capacidad de los microorganismos de volar con el viento a lugares lejanoses algo ya conocido. “Hay muchos ejemplos”, señala Van Eaton. “Uno de los primeros fue documentado a mediados del siglo XIX porCharles Darwin, quien encontró diatomeas de agua dulce pegadas a las velas del HMS Beagle en el océano Atlántico, y concluyó que llegaban allí con la brisa”. El pasado año, investigadores de EE.UU. probaron que las corrientes de aire a través del Pacífico transportan miles de especies de bacterias desde Asia hasta Norteamérica, demostrando así que la dispersión del llamado aeroplancton alcanza proporciones intercontinentales. Con todos estos datos en la mano, Van Eaton se planteó buscar posibles restos fósiles en depósitos volcánicos a gran distancia de la fuente original.

La supererupción del Taupo

Para ello eligió el mismo evento investigado por Self, la supererupción de Oruanui del volcán Taupo. La elección no es casual: esta erupción explosiva, la mayor ocurrida en el planeta en los últimos 70.000 años, fue de las llamadas húmedas, ya que se produjo bajo las aguas del lago Huka. Como consecuencia, los expertos estiman que el Taupo inyectó una gran cantidad de material volcánico mezclado con agua y plancton hasta la estratosfera, a una altura de 30 kilómetros. Curiosamente, el mismo rango de distancias en las que Wainwright encontró sus supuestos “organismos extraterrestres”.

Van Eaton y su equipo recogieron 22 muestras de depósitos de la explosión del volcán en 11 localizaciones diferentes, hasta una distancia de 850 kilómetros en islas próximas. Y tras el análisis, lograron identificar más de 300 restos de valvas de diatomeas de agua dulce en cada muestra, concluyendo que la erupción dispersó un volumen aproximado de 600 millones de metros cúbicos de estas algas, similar a la cantidad de magma arrojada por el monte Santa Helena en 1980.

Para verificar sus resultados, tomaron muestras de estratos por encima y por debajo del de la erupción y comprobaron que las especies de diatomeas eran diferentes, pero que las del material eruptivo coincidían con las encontradas en los depósitos volcánicos del propio lago. Además, en los sedimentos distantes encontraron una especie, Cyclostephanos novaezeelandiae, que es endémica en la isla norte de Nueva Zelanda.

“Hasta donde sabemos, es el primer estudio que vincula de forma convincente la dispersión de microbios con una erupción volcánica”, concluye Van Eaton. Pero para que su trabajo tenga un interés biológico además del geológico, la investigadora es consciente de que sería necesario demostrar que las diatomeas pueden sobrevivir a estos viajes volcánicos, algo difícil de probar.

“Calor extremo en la erupción, luego frío extremo en las capas altas de la atmósfera, desecación y exposición a radiación ultravioleta… Todo esto sería bastante desagradable para la mayoría de las diatomeas”, reflexiona. “Alguna podría sobrevivir, y ¿cuántos pioneros necesitas para una nueva colonia? Aún así, es más probable que las células latentes de las diatomeas u otros microbios asociados, como bacterias dentro de las envolturas, pudieran sobrevivir en número suficiente”.

Vida extrema

Las implicaciones del estudio van más allá si se tiene en cuenta que existen microbios llamados termófilos extremos capaces de crecer en entornos volcánicos, por lo que la dispersión a través de todo tipo de erupciones, no solamente las húmedas, podría haber desempeñado un papel importante en la diseminación y posterior evolución de la vida en la Tierra temprana.

“Por qué no”, especula Van Eaton. “Podría ocurrir en cualquier ambiente volcánico”. Es más: ciertas teorías apuntan que la vida en la Tierra podría haber nacido en las fumarolas hidrotermales oceánicas. “En este caso el mecanismo primordial de dispersión serían las corrientes marinas”, razona la geóloga. “Pero las erupciones pueden haber contribuido en cierto grado; es una idea interesante”.

Desde el punto de vista de los vulcanólogos, el trabajo servirá como modelo para reconstruir otras erupciones históricas mediante el estudio de esta firma biológica que permite identificar la procedencia de los depósitos. Mientras, Van Eaton explora ahora antiguas erupciones en la cordillera norteamericana de Cascadey en Alaska en busca de nuevos microfósiles, al tiempo que sus colaboradores del Instituto Tecnológico de Georgia analizan los fragmentos de diatomeas de Nueva Zelanda a la caza de posibles restos de bacterias. “Quién sabe qué más puede aparecer”, aventura.

Mapa de la isla norte de Nueva Zelanda con la antigua ubicación del lago Huka, donde se produjo la erupción de Oruanui, y la posición actual de la caldera del volcán Taupo. La línea punteada marca el alcance de los materiales arrojados por la erupción con un tamaño mayor de 10 centímetros

Erupciones volcánicas y «organismos extraterrestres» – ABC.es.

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Fabrican gasolina con una bacteria que vive en el intestino

Científicos de Corea producen 580 mg de combustible por biología sintética con la ayuda de la E. coli

ABC Imagen al microscopio de la bacteria «Escherichia coli»

La producción sostenible de gasolina está cada vez más cerca. Un equipo de científicos coreanos ha conseguido, con técnicas de biología sintética, fabricar por primera vez gasolina sin necesidad de recurrir al petróleo ni a ningún combustible fósil. En lugar de petróleo han utilizado a una de las bacterias más estudiadas por el ser humano, la «Escherichia coli» (E. coli). Vive en el interior del intestino, entre las heces humanas, y es responsable de muchos de los episodios de diarrea que padecemos. Pero también se puede manipular y conseguir que trabaje en nuestro favor.

Con ella se ha logrado producir insulina para tratar la diabetes e interferones para el cáncer. Ahora un grupo de investigadores coreanosha conseguido manipularla para fabricar la primera biogasolina. Los detalles de este éxito científico se publican en la revista «Nature».

Mejor que el biodiésel

Se trata de un hallazgo revolucionario que podría acabar con la dependencia del oro negro. Hoy la mejor alternativa es el biodiésel procedente de aceites vegetales o grasas animales, sin embargo no pueden utilizarse en los motores modernos. La gasolina bacteriana sí sería totalmente compatible sin tener que modificar el motor para su uso. De momento, su capacidad de fabricación es mínima, aunque el grupo coreano ha logrado producir 580 miligramos de gasolina por litro cultivado. El objetivo a largo plazo es mejorar la producción y abaratar el coste.

No es la primera vez que se fabrica combustible con fabricación microbiana -recientemente un equipo de científicos británicos desarrolló diesel-, pero sí la privera vez que se puede demostrar la fabricación de gasolina, el combustible más demandado en el mundo.

Una pequeña fábrica en su interior

Los científicos surcoreanos del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología (KAIST, en su acrónimo en inglés) han utilizado la bacteria intestinal como una fábrica para segregar alcanos de cadena corta, o lo que es lo mismo, pequeñas cantidades de gasolina.

La gasolina es una mezcla de hidrocarburos, aditivos y agentes de mezcla. Los hidrocarburos, llamados alcanos, consisten sólo en átomos de carbono e hidrógeno.

En este trabajo, los investigadores coreanos describen cómo identificaron enzimas asociadas con la producción de ácidos grasos, la ingeniería de enzimas y rutas biosintéticas de ácidos grasos para concentrar el flujo de carbono hacia la producción de ácidos grasos de cadena corta y la conversión de los ácidos grasos de cadena corta a sus correspondientes alcanos (gasolina mediante la introducción de una nueva vía sintética y la optimización de las condiciones de cultivo).

Producción sostenible

«Es sólo el comienzo de las investigaciones para la producción sostenible de la gasolina. Actualmente estamos trabajando en aumentar el rendimiento y la productividad de biogasolina», explicó Sang Yup Lee. «Nos complace informar de la producción de gasolina a través de ingeniería metabólica de «E. coli», que esperamos sirva de base para la ingeniería metabólica de microorganismos con el fin de producir combustibles y productos químicos a partir de recursos renovables», concluyó el director de la investigación

Fabrican gasolina con una bacteria que vive en el intestino y causa diarrea – ABC.es.

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En fotos: la belleza de las flores microscópicas – BBC

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En fotos: la belleza de las flores microscópicas – BBC Mundo – Video y Fotos.

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Bacterias mutantes atacan la estación espacial internacional

Capaces de sobrevivir incluso a la radiación, corroen los equipos y pueden suponer un riesgo tanto para su estructura como para la integridad física de sus ocupantes

EFE
Interior de la estación espacial internacional

Para ellas, ni siquiera las durísimas condiciones del espacio exterior son un obstáculo insalvable. De hecho, sobreviven incluso a las gélidas temperaturas que hay más allá de la atmósfera terrestre. Y lo hacen sin agua, sin nutrientes y sin nada que las proteja de la intensa y letal radiación del Sol y las estrellas. Las bacterias llevan viviendo dentro y fuera de la Estación Espacial Internacional desde que ésta empezara a ensamblarese, a finales de 1998. Y ahora se están convirtiendo en un problema serio, tanto para su estructura como para la integridad física de sus ocupantes.

Dio la voz de alarma hace ya un año Anatoly Grigoryev, vicepresidente de la Academia rusa de Ciencias, durante una conferencia científica celebrada en Moscú. Y no es para tomarlo a broma. Setenta y seis clases de microorganismos diferentes han sido identificados hasta el momento a bordo de la plataforma orbital. Muchos de ellos resultan inofensivos, pero algunos han demostrado ser perfectamente capaces de causar graves daños.

En palabras del propio Grigoryev, recogidas entonces por la agencia Interfax, “Ya tuvimos esta clase de problemas en la vieja estación espacial MIR, y ahora los tenemos en la ISS. Las bacterias están atacando la estación. Estos organismos corroen los metales y los polímeros y pueden causar fallos en los equipos”. Con el agravante, además, de que se trata de bacterias mutantes, es decir, que han cambiado para adaptarse a unas condiciones muy diferentes de las que estaban acostumbradas. Y nadie sabe hasta dónde pueden llegar estas mutaciones. Para Grigoryev, también la tripulación corre peligro: “La multiplicación incontrolada de estas bacterias -sostiene el científico- puede causar enfermedades infecciosas entre los miembros de la tripulación”.

La cámara del Apolo XII

Por supuesto, los responsables de las misiones de abastecimiento a la ISS han intentado por todos los medios que ninguna bacteria se colara en los cargueros espaciales. Pero no han tenido éxito. La historia se repite desde los mismísimos albores de la era espacial. El 20 de abril de 1967, por ejemplo, cuando el vehículo no tripulado Surveyor 3 aterrizó en la Luna llevaba a bordo, entre otros objetos, una cámara de TV. Dos años y medio después, el 20 de noviembre de 1969, los astronautas Pete Conrad y Alan Bean, del Apolo XII, recuperaron esa cámara y la trajeron de vuelta a la Tierra. Cuando los especialistas de la NASA la examinaron, se sorprendieron al encontrar en su interior especímenes de Streptococus mitis vivos. La NASA determinó que esas bacterias ya estaban dentro de la cámara cuando los astronautas la recuperaron. Es decir, que llevaban allí incluso desde antes del lanzamiento del propio Surveyor 3. A pesar de ello, lograron sobrevivir sin excesivos problemas durante 31 meses en el vacío desolador de la superficie lunar.

Otro ejemplo es el de la ya desaparecida estación espacial rusa Mir.En 1990, cuatro años después de su lanzamiento, se encontraron 90 clases de microorganismos diferentes a bordo. En 2001, cuando la Mir fue desmantelada, la cifra había crecido hasta 140. Los informes de los últimos cosmonautas hablaban de lámparas corroidas, agujeros en los paneles de control y filtraciones en los sistemas de abastecimiento de aire y alimentos.

Los expertos de las distintas agencias espaciales saben muy bien que las condiciones de temperatura y esterilidad del interior de la ISS resultan de lo más favorable para el desarrollo de estas bacterias mutantes. Y también saben que hasta ahora han fracasado todos sus esfuerzos por erradicarlas. De nada ha servido, por ejemplo, rociar el interior de los módulos con líquidos antibacterianos. Ni someter a las tripulaciones y a las naves a los más rigurosos controles antes de abandonar la Tierra. El siguiente intento será enviar en una de las próximas misiones de abastecimiento a la ISS una potente lámpara de luz ultravioleta para tratar de mantener a raya a estos incómodos pasajeros.

Sobreviven en el exterior

Diferente cuestión, sin embargo, son las bacterias adheridas a los paneles exteriores de la estación espacial. Diversos experimentos han demostrado que estos microorganismos son capaces de sobrevivir durante largos años en las condiciones más extremas del espacio exterior. Y no está claro en qué radica esta increíble capacidad de supervivencia ni hasta dónde pueden llevar las mutaciones futuras de estos organismos.

El primer ser vivo de la Tierra, hace cerca de 4.000 millones de años, fue una bacteria. Las condiciones de aquel mundo primitivo nada tenían que ver con las actuales, pero a pesar de ello las bacterias sobrevivieron y colonizaron el planeta entero. Durante los 3.000 millones de años siguientes, ellas fueron los únicos habitantes de nuestro mundo. Toda la diversidad de vida que vemos en la actualidad se desarrolló después, pero a pesar de ello seguimos viviendo, en la actualidad, en lo que la Ciencia llama la Era de las Bacterias (Archea). Ellas siguen siendo, en efecto y a pesar de las apariencias, las auténticas dueñas del planeta que creemos controlar.

Está previsto que la Estación Espacial siga funcionando hasta 2020. Habrá que ver si de aquí a entonces los expertos de la NASA han conseguido erradicarlas. De no ser así, podría ser necesario abandonar la estación mucho antes de lo previsto.

Bacterias mutantes atacan la estación espacial internacional – ABC.es.

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Julius Richard Petri coloca sus placas en el campo de cultivo de Google

El famoso buscador rinde homenaje al microbiólogo alemán en el 161º aniversario de su nacimiento con un doodle interactivo

El microbiólogo alemán Julius Richard Petri se ha convertido en el protagonista del día gracias al famoso buscador de Internet Google, que le rinde un simpático homenaje a través de un doodle interactivo por el 161º aniversario de su nacimiento.

Julius Richard Petri, nacido en Barmen (Alemania) el 31 de mayo de 1852, se le atribuye la invención de la placa de Petri, mientras trabajaba como asistente de Robert Koch, el popular premio Nobel que dio con el bacilo de la tuberculosis. Tal empeño puso en su trabajo que en 1877 tuvo una brillante idea: enfrentó dos discos de vidrio de diferente tamaño formando una caja, posibilitando que su maestro solucionara los problemas de cultivos que tenía, de ahí que las placas se conozcan por su nombre.

Las placas de Petri se utilizan en los laboratorios para el cultivo de microorganismos y gracias a ellas, se desarrolló la microbiología de manera extraordinaria. En aquella época se consiguieron aislar la mayoría de los microorganismos, responsables de las enfermedades contagiosas que estaban asolando a la población, como por ejemplo el cólera, lo que ha supuesto un enorme avance para la humanidad.

Julius Richard Petri coloca sus placas en el campo de cultivo de Google – ABC.es.

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Salvar millones de vidas no es tan caro (tuberculosis) | elmundo.es

  • En el Día Mundial de la Tuberculosis se buscan más fondos para investigar
  • La OMS ha pedido 1.600 millones de dólares para financiar programas en África
  • Ali Omar Adow se recupera en la clínica de MSF en un suburbio de Nairobi
  • Ha recibido un tratamiento que lo ha mantenido fuera de casa dos años

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La tuberculosis, una de las llamadas ‘enfermedades de los pobres’, es una de las afecciones bacterianas más letales del mundo y lasegunda causa mundial de mortalidad, tras el VIH, producida por un agente infeccioso. A pesar de que en las dos últimas décadas se ha logrado reducir el índice de mortalidad a casi la mitad, la tuberculosis todavía mata a 1,4 millones de personas cada año, el 95% de las cuales viven países en vías de desarrollo.

En vísperas del Día Mundial de la Tuberculosis, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Mundial contra la Tuberculosis, la Malaria y el Sida solicitaron a la comunidad internacional que amplíe en 1.600 millones dólares la aportación para el trienio 2014-2016 con el objetivo de financiar programas de tratamiento en los países más necesitados, sobre todo en el África Subsahariana, donde tiene un gran impacto debido a la propensión que tienen los enfermos de sida a contraer tuberculosis como consecuencia de la debilidad de su sistema inmunitario.

Asimismo, se necesitan otros 1.300 millones de dólares para proseguir con la investigación de sistemas de diagnóstico más eficaces y tratamientos más cortos, ya que actualmente un paciente con tuberculosis tiene que tomar una combinación de cuatro medicamentos durante un periodo medio de seis meses y debe estar bajo la constante supervisión de personal médico especializado.

Tuberculosis multirresistente

Ali Omar Adow tiene 42 años y se ha pasado los últimos dos acudiendo a diario a la clínica que Médicos Sin Fronteras tiene en Mathare, el segundo suburbio más grande de Nairobi (Kenia), donde la organización francesa trata los casos más graves de tuberculosis. Como él, más de 630.000 personas en todo el mundo sufren tuberculosis multirresistente (TB-MR), una variedad de la tuberculosis común que ha desarrollado una inmunidad a los medicamentos estándar más eficaces, conocidos como medicamentos de primera línea.

Por lo general, la tuberculosis multirresistente se da en personas que no han seguido de forma estricta el tratamiento prescrito para la variedad común o que han estado en contacto con pacientes que estaban infectados y que no habían recibido la atención necesaria.

Tanto la OMS como las organizaciones no gubernamentales han alertado de que en los últimos años los casos de tuberculosis multirresistente han aumentado de manera considerable y que, dada la falta de medios en muchos países, podría suponer un retroceso en la erradicación de la enfermedad.

«Estamos sentados sobre una bomba de relojería», declaró hace unos días la directora general de la OMS, Margaret Chan. El principal problema de la TB-MR es que su tratamiento es largo, costoso y tiene efectos secundarios muy dolorosos para el paciente.

Ali tuvo que viajar durante una semana y cruzar la frontera de forma ilegal porque en Somalia no hay hospitales con capacidad para tratar la tuberculosis multirresistente. «Después de visitar varios hospitales, un médico me comentó que en Kenia sí disponían del equipo y la medicación necesaria para tratarme, así que dejé a mi familia y vine aquí en busca de ayuda».

Transmisión aérea

Su rostro, cubierto con una mascarilla para no contagiar la enfermedad, se ilumina con sólo pensar que en apenas tres semanas finalizará el tratamiento que lo ha mantenido alejado de su casa durante más de dos años.

«Cuando llegué no conocía a nadie ni tenía medios para subsistir», explica. «Un amigo que también había sido tratado me habló de Médicos Sin Fronteras y así fue como llegué aquí». Han sido dos años muy duros en los que las migrañas, las náuseas, los vómitos y el dolor articularno le han permitido trabajar ni llevar una vida normal.

Sin embargo, cuando regrese a casa después de otra semana de viaje en la que deberá cruzar la frontera de nuevo, el peligro no habrá pasado para él. La tuberculosis es una enfermedad de transmisión aérea y tiene una especial incidencia en las zonas superpobladas en las que la gente vive hacinada en casas pequeñas y con mala ventilación. El haber superado una vez la enfermedad no supone una inmunización, por lo que si vuelve a estar en contacto con personas infectadas podría volver a contraerla.

Los barrios de chabolas de grandes ciudades como Nairobi o Calcuta sonlugares de alto riesgo, ya que millones de personas conviven hombro con hombro y muchas veces los síntomas son tan leves en su fase inicial que pueden pasar meses hasta que se detecta la enfermedad.

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La UAB prueba con éxito una vacuna contra la leishmaniasis | Cataluña | EL PAÍS

  • La patología es la segunda enfermedad tropical parasitaria con más muertes después de la malaria

Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona  (UAB) ha probado con éxito en animales una vacuna contra la leishmaniasis, la segunda enfermedad tropical parasitaria con mayor índice de mortalidad después de la malaria. Anualmente, se detectan alrededor de dos millones de nuevos casos de esta rara patología, transmitida a través de la picadura de un mosquito, y mueren unas 70.000 personas.

La investigación, dirigida por la doctora Alhelí Rodríguez y el profesor Jordi Alberola, ha sido publicada en el último número de la revista científica Plos One y pone de relieve “un paso importante” hacia la consecución de una vacuna “más barata y eficaz” que las existentes en la actualidad. “En Latinoamérica suele manifestarse en erupciones cutáneas pero en zonas como Brasil es más grave porque puede llegar a afectar a órganos internos”, comenta el doctor Albert Picado, experto en leishmaniasis del hospital Clínic de Barcelona. Aunque la población más expuesta es la de los países en vías en desarrollo, Picado apunta que en Europa los perros pueden ser portadores del parásito porque son su “población más frecuente”. También puede darse en liebres, coatíes, zarigüeyas o jurumíes.

Los investigadores consideran este hallazgo, fruto de la combinación de dos vacunas ya existentes, como un gran éxito, ya que los tratamientos anteriores habían fracasado. Miembros del equipo responsable, compuesto por investigadores de los departamentos de Farmacología, Terapéutica y Toxicología de la UAB, aseguran que la vacuna ha sido ensayada con el mejor modelo animal que existe de la enfermedad en humanos, el hámster dorado.

La UAB prueba con éxito una vacuna contra la leishmaniasis | Cataluña | EL PAÍS.

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Hallan vida a -13,5ºC bajo el hielo de un lago de la Antártida – ABC.es

 

El lago Vida es el hogar de numerosos microbios

Una colonia de microbios sobrevive aislada desde hace más de 2.800 años en aguas con altas concentraciones de sal, sin luz ni oxígeno. Podría dar pistas sobre la vida extraterrestre

Donde hay agua, hay vida. Sí, aunque sea un agua con grandes concentraciones de sal a 19 metros por debajo del hielo de la Antártida, en la oscuridad total y con temperaturas que alcanzan los -13,5ºC. Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Desert (DRI) de Nevada (EE.UU.) ha descubierto que en este lugar imposible curiosamente llamado lago «Vida» -así, en español, y ubicado al este del continente helado una colonia de microbios que, estiman, ha permanecido aislada durante más de 2.800 años. La investigación, que podría dar algunas claves sobre la vida en otros planetas, ha sido publicada en la revista «Proceedings» de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU.

Según Nathaniel Ostrom y su equipo, estos microbios viven en una salmuera (agua cargada de sal) con más de un 20% de salinidad, que además tienen alta concentración de amoniaco, nitrógeno, azufre y óxido nitroso sobresaturado. De hecho, en el lago Vida registraron el óxido nitroso sobresaturado más alto encontrado hasta ahora en un ambiente acuático natural. «Es un ambiente extremo.El lago de hielo más grueso en el planeta, el más helado, y el más estable en ambientes gélidos de la Tierra», ha señalado Ostrom.

«El descubrimiento de este ecosistema nos da idea de otros sistemas aislados y congelados en la Tierra. Pero también nos proporciona un modelo potencial sobre la vida en otros planetas helados que poseen depósitos salinos y océanos debajo de la superficie, como la luna de Júpiter, Europa», ha explicado el investigador.

Sin oxígeno o luz solar

En la superficie terrestre, el agua hace fluir la vida y las plantas usan la fotosíntesis para fabricar energía. Sin embargo, esto cambia completamente cuando se habla de la vida en el fonde del océano, por ejemplo. En estas zonas,que están fuera del alcance de los rayos solares, es la energía química liberada por procesos hidrotermales la que sostiene la vida.

La vida en el lago «Vida» carece de oxígeno y de luz solar. La concentración de hidrógeno gaseoso y el nitrato, nitrito y el óxido nitroso proveen la energía química de este sistema. Los científicos especulan que las reacciones químicas entre la salmuera anóxica y las rocas se convierten en la fuente de energía que alimenta el metabolismo microbiano.

Los especialistas consideran que este proceso proporciona nueva información sobre cómo se pudo haber desarrollado la vida en la Tierra, y en función de este conocimiento, cómo se establecería la vida en otros cuerpos planetarios.

Hallan vida a -13,5ºC bajo el hielo de un lago de la Antártida – ABC.es.

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Los bichos que casi exterminan a la Humanidad | Ciencia | elmundo.es

 

Xavier Sistach, autor del libro ‘Insectos y hecatombes’. | Santi Cogolludo

Hubo una época en la que Xavier Sistach salía a menudo a cazar mariposas. Luego dejó de hacerlo porque dejó de sentirse a gusto sacrificando especies por puro coleccionismo. Pese a que hace tiempo que no sale a ‘cazar’, su pasión por los insectos sigue intacta. Sistach, entomólogo aficionado y profesional del mundo del libro, está decidido a convertirse en un riguroso divulgador de todo lo que relacione los insectos con el ser humano. De ahí que acabe de publicar ‘Insectos y hecatombes’ (RBA), un exhaustivo viaje a través de la historia de las dos grandes epidemias de la historia: la peste y el tifus.

Causadas por la pulga y el piojo (infectados por bacterias), llevaron a la Humanidad a lo más cerca que ha estado jamás de su extinción como especie (allá por el siglo XIV, cuando la peste negra mató a 25 millones de personas). Pero de eso ellas no tienen ni idea. Lo único que intentan, una vez infectadas, es calmar su hambre, buscando un nuevo huésped. Y siempre, históricamente, el que han tenido más cerca es el hombre. Después de la rata, claro.

«Durante mucho tiempo, de hecho, hasta principios del siglo XX, cuando se descubrió que eran pulgas y piojos quienes transmitían los patógenos que causaban la enfermedad, se pensaba que epidemias como el tifus y la peste eran castigos divinos«, explica Sistach. Es decir, que había mandatarios que consideraban que Dios estaba castigándoles por sus pecados destruyendo sus pueblos. «No se sabía de dónde salía, ni por qué empezaba ni por qué, al cabo de un tiempo, parecía desaparecer. De ahí que creyeran que sólo podía ser Dios», dice. «Pero Dios no castiga a nadie, es el ser humano quien ha provocado las guerras, las hambrunas y la miseria, el entorno ideal para la proliferación de estos insectos», añade.

Insectos que, a su manera, «han jugado un importante papel en la configuración de la geografía europea«, puesto que, explica el experto, «cuando una zona quedaba por completo despoblada, anulaba cualquier estrategia del gobierno en cuestión», y la dejaba en manos del enemigo.

El principio del fin

Interesado en aunar el hecho histórico (la batalla que enfrentó al ejército de Napoleón a los rusos y en la que los soldados acabaron enfermando y muriendo de tifus) y epistemología, Sistach alumbra los momentos en los que ambas pandemias atacaron con mayor voracidad a la humanidad y analiza, paso a paso, cada uno de los descubrimientos que se hicieron a nivel científico. Es decir, de creer que el mismísimo Dios elegía a los futuros enfermos a descubrir que algo tan pequeño como una pulga podía suponer el principio del fin. «Me interesa cómo una cosa afecta a la otra. Porque afecta. Si la malaria no estuviese tan extendida en África, sus países habrían podido crecer mucho más», dice.

Hablando de la malaria, Sistach piensa dedicarle su próximo ensayo. A ella y al otro centenar de enfermedades que pueden transmitir los insectos. «La malaria es la que más me fascina. Porque todo son contradicciones. Por cada solución surge un nuevo problema. El mosquito que la transmite ha creado resistencia a los insecticidas y el patógeno ha creado resistencia a la medicación. Desde los años 40, se han creado 30 tipos distintos de medicamentos. No se puede luchar contra ella. La razón es que es la más antigua de todas. Tiene más de 50.000 años. Por eso también es la más resistente», cuenta.

Chinches y tifus

Sistach tiene una colección de más de 20.000 insectos, entre ellos, las raras chinches que encontró en Ecuador y que provocaron la reacción química más extraña que el entomólogo, con estudios de Biología y especialista en Historia Natural Antigua de los insectos, ha visto jamás. «Los metí en el bote de cianuro potásico que suelo utilizar y empezó a salir humo. Mucho humo. Fue espectacular», recuerda Sistach. Dice que algún día tratará de clasificarlos. Porque el mundo de los insectos sigue siendo un misterio.

«Actualmente hay alrededor de un millón de insectos clasificados, pero se sabe que hay entre 20 y 30 millones pendientes de clasificar. Cuando se tala un árbol en la selva, se están matando a cientos de especies únicas, propias del microclima del árbol que acaba de talarse y de ningún otro más», explica.

Hablando de misterios, y volviendo al tema patológico, el origen de la peste en Europa sigue siendo un misterio. «En 1907 se demostró que la pulga de la rata de la India era la que había contagiado la enfermedad a los millones de personas que murieron en Asia y Rusia, pero para los brotes europeos se ha hablado de la posibilidad de que fuese otro tipo de rata, pero aún no está claro, sigue siendo un misterio», asegura Sistach.

Pese a ello, hoy en día «es un problema menor» porque «aunque no hay vacuna, existe un tratamiento con antibiótico», y la mortandad del tifus apenas alcanza el 2%. Eso sí, señala el entomólogo, «el hecho de que creamos vivir en un lugar seguro, en ciudades a salvo de gérmenes, siempre estamos en riesgo, porque la naturaleza se abre camino y nos encuentra más indefensos de lo que deberíamos». Y luego está el problema de la superpoblación. «Ninguna de estas epidemias lo habría sido sin una gran concentración de personas. La superpoblación también es un riesgo en caso de contagio», concluye.

Los bichos que casi exterminan a la Humanidad | Ciencia | elmundo.es.

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BBC Mundo – Frenan un brote de SARM en hospital británico al descifrar su código genético

El SARM es una forma resistente a los medicamentos de una bacteria normalmente inofensiva que puede ser mortal cuando infecta las heridas.

Un equipo de médicos en Reino Unido logró frenar un brote de una infección causada por la bacteria SARM (Staphylococcus aureus) resistente a la meticilina, muy común en los hospitales, descifrando su código genético

Después de hallar SARM en doce bebés en un hospital británico, los investigadores analizaron el código genético de las muestras de la bacteria de cada bebé, lo cual les permitió determinar que todos los casos formaban parte del mismo brote.

Todos los afectados fueron tratados y no se produjeron más contagios.Otra serie de pruebas los llevó a encontrar el origen de la infección en un miembro del personal del hospital, quien contagió -sin saberlo- a los bebés.

Según los médicos, se trata de la primera vez que se utiliza una prueba genética rápida para rastrear el origen de un brote y evitar que se extienda.

Los expertos creen que este procedimiento se volverá la norma en el futuro para resolver este tipo de casos.

BBC Mundo – Últimas Noticias – Frenan un brote de SARM en hospital británico al descifrar su código genético.

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El abuso de los antibióticos crea superbacterias | Sociedad | EL PAÍS

Hasta la última familia de antibióticos ha empezado a perder eficacioa por las resistencias, algo que alarma a los expertos / OLNEY VASAN (GETTY IMAGES)

Inquietud de los científicos por la creciente resistencia de los microorganismos

Grecia, líder en consumo de estos fármacos, sufre las consecuencias

En España aún hay pocos casos

En la segunda mitad del siglo XX la ciencia logró adelantar a las bacterias. El desarrollo de antibióticos fue más rápido que la capacidad de los microorganismos para mutar y sortear la embestida. Pero eso está cambiando rápidamente, en gran parte por el abuso y el consumo irresponsable de estas medicinas, tanto en humanos como en animales. Entre 2007 y 2011, la resistencia combinada de dos bacterias que son causa común de infecciones urinarias y respiratorias (la Klebsiella pneumoniae y la Escherichia coli) a varias familias de antibióticos ha crecido “de forma significativa” en un tercio de los países de la UE, alerta el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Algunas de esas bacterias se están volviendo cada vez más resistentes a los antibióticos más potentes, la última línea de defensa contra la infección.

Los científicos avisan de que estamos ante un grave problema de salud pública y una seria amenaza para los sistemas sanitarios europeos. Sin antibióticos, algunos tratamientos avanzados no serían posibles. Hay tendencias “alarmantes”, según el organismo europeo, que presenta hoy sus últimos datos en el Día por un Consumo Prudente de Antibióticos. “Hay un aumento preocupante de la resistencia de la K. pneumoniae a los antibióticos de última línea”, explica Marc Sprenger, director del ECDC. Esta bacteria puede causar infecciones del torrente sanguíneo, neumonías e infecciones quirúrgicas; y afecta sobre todo a pacientes ingresados en hospitales. Cuando un paciente no responde al tratamiento, los médicos pueden recurrir a los antibióticos carbapenémicos, claves en infecciones causadas por bacterias multirresistentes.

Pero en algunos países, como Grecia o Italia, la resistencia a estos antibióticos, que son la última frontera para neutralizar la infección, es ya muy elevada y no para de crecer. Entre 2010 y 2011, el porcentaje de casos resistentes en Grecia entre pacientes con infecciones del torrente sanguíneo por K. pneumoniae pasó del 49% al 68%. El porcentaje de casos resistentes aumentó en Italia del 15% al 27% en el mismo periodo.

En España, ese porcentaje es inferior al 1% en las cepas aisladas de sangre, pero ya se han detectado casos y brotes en algunos hospitales. “De momento aquí es un problema menor, pero que va en aumento”, detalla Luis Martínez, microbiólogo del hospital Marqués de Valdecilla, en Santander. Cuando los antibióticos más potentes y seguros no funcionan, solo quedan otros muy tóxicos que entrañan un alto riesgo para el hígado.

“Los datos se basan solo en casos de infecciones en sangre y meningitis para evitar sesgos y que sean comparables entre países”, aclara Dominique Monnet, experto del ECDC. Las cifras las envía cada país tras realizar en los hospitales cultivos de laboratorio en enfermos infectados. Este sistema público de vigilancia de la resistencia a antibióticos en Europa, llamado EARS-Net y centralizado en el ECDC, hace un seguimiento de siete familias de bacterias, las más relevantes desde el punto de vista clínico y por su especial facilidad para adquirir nuevas resistencias. Este procedimiento, aun siendo un buen indicador, puede subestimar el problema al no registrar otras infecciones, como las de orina, reconocen los expertos.

En 2008, un científico descubrió una cepa de la K. pneumoniaeextremadamente resistente a los antibióticos carbapenémicos, lo que provocó un tsunami científico, aunque no era la primera vez que se daba un caso similar. Fue un científico de la Universidad de Cardiff (Gales) quien detectó un gen que confería a la bacteria la capacidad de producir una enzima capaz de neutralizar el efecto de los antibióticos más potentes. El científico, Timothy Walsh, nombró a esa enzima metallo-betalactamasa-1 de Nueva Delhi (NDM-1). El nombre viene de la ciudad india donde viajó el paciente sueco que adquirió la infección y cuyas muestras analizó Walsh. Posteriormente, esta enzima se ha detectado en muchos tipos de bacterias, como la E. coli, la más común en los humanos. La NDM-1 no ha provocado brotes en España hasta ahora, aunque sí otras enzimas del mismo tipo (carbapenemasas) que preocupan a médicos y científicos por la capacidad de transmisión.

La resistencia a antibióticos provocada por un mal uso de los medicamentos genera 25.000 muertes al año en Europa y unos costes sanitarios adicionales de 15.000 millones de euros. Se estima que el número de infecciones por bacterias multirresistentes alcanza las 400.000 al año. “Los países del sur de Europa consumen más antibióticos que los del norte”, afirma José Campos, jefe del laboratorio de antibióticos del Centro Nacional de Microbiología. Y esos países, que utilizan más medicamentos fuera de los hospitales, no lo hacen por sufrir más infecciones bacterianas, sino porque incurren en un consumo excesivo e inadecuado (para tratar infecciones virales como la gripe o el resfriado, por ejemplo), lo cual afecta a sus tasas de resistencia, casi siempre bastante superiores en los países del sur.

Grecia es el país donde más antibióticos se consumen: 3,5 veces más que en Estonia, en la cola de la tabla según los datos del ECDC sobre consumo en la comunidad (extrahospitalario). En esa tabla España aparece en el número 13 de un total de 29 países (datos de 2010), pero la información es engañosa porque solo incluye el consumo de antibióticos con receta de la Seguridad Social. Quedan fuera los antibióticos recetados por médicos y seguros privados y aquellos que, aunque esté prohibido por ley, se continúen vendiendo sin receta. “Tomando esos datos, España estaría entre los tres o cuatro primeros”, alerta Campos.

El consumo en hospitales, cuyos datos no presenta el ECDC, es un factor fundamental para la difusión de bacterias resistentes causantes de infecciones hospitalarias. Y en esto España no está tan mal. “La utilización de antibióticos en hospitales está hoy muy controlada”, afirma Francesc Gudiol, catedrático de Medicina de la Universidad de Barcelona y jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital de Bellvitge.

Según el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, cerca de un tercio de las infecciones de sangre producidas por la Escherichia coli en España son resistentes a la vez a dos de las familias de antibióticos más importantes: las fluoroquinolonas y las cefalosporinas de tercera generación. “Hay cepas de E. coli resistentes endémicas ya en España, a diferencia de lo que ocurre con otras cepas multirresistentes, que solo pueden afectar si alguien las importa de otros países”, explica Gudiol. La situación es preocupante en el caso del estafilococo dorado, una bacteria que produce infecciones en la piel y en la sangre, y que presenta en España elevadas tasas de resistencia a la oxacilina (del grupo de las penicilinas), “un importante problema de salud pública”, según el ECDC. La tasa —que se sitúa entre el 10% y el 25%— ha caído con respecto al año pasado, aunque el descenso mayor se ha producido en Reino Unido y Francia, que han invertido muchos recursos en ello.

Aun así, existen importantes variaciones localmente. El proyecto Virerist, liderado por el jefe de la Unidad de Medicina Preventiva del hospital de la Vega Baja (Orihuela), José María López-Lozano, lleva años recopilando datos. Los investigadores del programa han logrado desarrollar aplicaciones informáticas que minimizan la posibilidad de que a un paciente se le recete un antibiótico que no será efectivo. “Desde que se diagnostica una infección hasta que se tienen los resultados de laboratorio que identifican el microorganismo causante, pueden pasar dos o tres días”, explica Lozano.

Pero los enfermos necesitan un tratamiento inmediato, que el médico debe suministrar cuando aún no tiene toda la información sobre el caso. El programa determina cuál es, con mayor probabilidad, el microorganismo causante de la infección y qué antibiótico conviene recetar. Además de beneficiar al enfermo, se actúa sobre la comunidad al reducir el riesgo de error en el tratamiento y, por tanto, de generar nuevas resistencias al antibiótico que luego puedan transmitirse. “Las resistencias no son un problema individual. Cuando un médico receta, esto puede tener efectos en la salud pública”, resume Lozano.

En el hospital del Marqués de Valdecilla, en Santander, Martínez analiza los cultivos bacterianos y recomienda a los médicos el medicamento que deben recetar. En los casos en que el paciente no responde a ninguno de los antibióticos tradicionales, los expertos optan por suministrar el compuesto al que la bacteria presenta menos resistencia.

La K. pneumoniae suele afectar a personas hospitalizadas en tratamiento por otras enfermedades. Para infectarse, la persona debe estar expuesta a la bacteria, bien por el contacto directo con otra persona o por contaminación ambiental. Por ello, el ECDC insiste en que es muy importante mantener la higiene (como lavarse las manos frecuentemente para evitar diseminar las bacterias ya resistentes) y aislar al paciente infectado. En España hay programas de concienciación en hospitales desde hace años, relata Martínez. Lo que no evita que se produzcan brotes, como el de la bacteria Acinetobacter baumanii, multirresistente a antibióticos, que sufrió el hospital madrileño 12 de Octubre y causó 18 muertos entre finales de 2006 y 2008.

Los científicos alertan: estamos perdiendo la carrera. “El desarrollo de las resistencias es un proceso en parte natural y que todos esperábamos, pero han aumentado más de lo previsible”, reconoce Gudiol. De momento, la mayoría de infecciones todavía se pueden tratar, pero cada vez es más difícil para los médicos. “La última familia de antibióticos que nos queda está perdiendo efectividad y su preservación es una prioridad sanitaria de primer orden”, alerta Campos. Es necesario aplicar medidas drásticas para detener el avance de la resistencia, por un lado, e invertir en el desarrollo de nuevos antibióticos, por otro. Porque, afirman los expertos, la industria ha perdido interés en invertir en este campo.

La Comisión Europea lanzó el año pasado un programa para financiar la investigación de nuevos antibióticos y su desarrollo a través de una iniciativa público-privada dentro de la IMI (Iniciativa de Medicinas Innovadoras). En el programa participan farmacéuticas, académicos, organizaciones de pacientes, empresas de biotecnología y hospitales, entre otros. Entre los objetivos está “acelerar el desarrollo de antibióticos”, explica una portavoz.

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El ombligo, una jungla de bacterias – ABC.es

2.000 tipos diferentes de microorganismos pueden habitar esta cicatriz universal

Nuestro propio ombligo puede resultarnos una vulgar hendidura que vemos cada día, casi un agujero ridículo y al que apenas prestamos atención, pero, sin embargo, es un territorio relativamente inexplorado lleno de vida. Un equipo de investigadores de distintas universidades estadounidenses ha analizado qué escondemos ahí dentro, y resulta que no solo pelusilla. Esas cicatrices que recuerdan nuestro nacimiento albergan toda una jungla microscópica. Nada menos que2.000 especies diferentes de bacterias y microorganismos, desde las más comunes (como estafilococos) a otras más raras (las arqueas, nunca antes encontradas en la piel humana), «peleonas» como las pertenecientes al género Bacillus -que luchan contra los hongos y los virus-, y hasta las Micrococcus, que son las responsables del olor corporal.

Los científicos, dirigidos por Robert Dunn, de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, encontraron todas estas bacterias en los ombligos de diferentes grupos de voluntarios que participaron en la investigación, publicada en la revista PLoS ONE. Muchas de las bacterias eran raras y aparecían en menos de diez de cada 60 personas del estudio. Sin embargo, las bacterias comunes eran compartida por más del 70% de los ombligos.

«Al principio, comenzamos este proyecto para ayudar a la gente a entender el maravilloso sistema ecológico que nos cubre de la cabeza a los pies, por dentro y por fuera», explica Dunn a PLoS ONE, pero en algún punto, el proyecto pasó de la divulgación a la ciencia. El ombligo está menos expuesto que otras partes de nuestro cuerpo a los productos químicos y la «contaminación» de otras personas con las que nos encontramos cada día, por lo que suponía una muestra de piel ideal para ser analizada por los investigadores.

Ni el sexo ni la edad

«No conozco ningún estudio que sea capaz de explicar las diferencias en las bacterias de la piel de una persona a otra. Es un gran misterio que permanece vivo ahora mismo en nosotros», dice el científico. El equipo concluye que si bien ahora sabemos qué bacterias son más frecuentes en el ombligo, todavía son incapaces de predecir cuáles de esas bacterias frecuentes se encontrarán en el ombligo de una persona en particular. «No parece importar ni el sexo, ni la edad, ni el lugar de residencia ni el lugar de nacimiento, así que eso es lo que intentamos averiguar ahora», señala Robert Dunn. De la misma forma, los científicos intentan conocer cómo modificar nuestro comportamiento de manera que podamos favorecer a las especies que nos mantienen sanos y evitar a las que nos hacen daño.

El ombligo, una jungla de bacterias – ABC.es.

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Los microbios de las cuevas serán los últimos seres vivos de la Tierra | elmundo.es

Bacteria que vive a 2,8 kilómetros de profundidad en Sudáfrica. | Science

Justo antes de que la Tierra se convierta en un planeta inhabitable por el calor del Sol, dentro de unos 2.800 millones de años aproximadamente, solo quedarán unos seres vivos en la Tierra: los microbios que habitan las cuevas subterráneas.

La investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de St. Andrews se ha basado en el estudio del proceso de evolución de la Tierra durante el aumento de temperaturas que sufrirá la superficie del planeta a distintas latitudes junto con cambios a largo plazo en las características orbitales del planeta.

Con el tiempo, sólo existirán «piscinas de salmuera caliente» en las altitudes más altas y «menos ardientes en cuevas subterráneas protegidas». Es en este hábitat en donde sobrevivirán los microbios y queserán los últimos en permanecer con vida en el planeta antes de que el calentamiento lo haga inhabitable para cualquier organismo vivo.

Según han explicado los expertos, la última vida en la Tierra perecerá en 2,8 millones de años, quemada por el Sol moribundo. Para entonces, el planeta tendrá un paisaje sombrío.

El autor principal del estudio, Jack O’Malley-James, ha señalado que «la habitabilidad no es tanto un conjunto de atributos de un planeta, sino que tiene más que ver con una vida propia».

En el estudio, publicado en ‘arxiv.org’, también se ha trabajado en un modelo de estrellas de varios tamaños, con el que los investigadores han determinado que la vida unicelular en planetas similares a la Tierra durarían los primeros tres millones de años de vida. Por su parte, han señalado que la vida ‘compleja’ podría existir durante períodos relativamente cortos antes de que la estrella comience a morir y las condiciones vuelven a ser favorables solamente para los microbios.

Estudio de la vida extraterrestre

En este sentido, los expertos han indicado que, estadísticamente, si existe vida extraterrestre es más probable que sea simplemente microbiana. Por ello, el equipo está trabajando en el estudio de estos organismos en la Tierra y en las señales químicas que determinan su presencia.

«Así, si se detectan señales similares en exoplanetas, se puede estudiar si contienen vida», ha apuntado el investigador, quien ha defendido que hay planetas que «se creen muertos» pero que también deberían estudiarse «porque pueden estar en el final de su vida útil y puede ser habitable igualmente».

De este modo, los expertos han invitado a sus colegas a pensar en la vida de un planeta como «un ciclo de simple a complejo» y que, «tal vez regrese a simple otra vez». «Esto ayudará a la búsqueda de vida extraterrestre», ha concluido O’Malley-James.

Los microbios de las cuevas serán los últimos seres vivos de la Tierra | Ciencia | elmundo.es.

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Microalgas para galletas y biocarburantes | EL PAÍS

Los proyectos intentan convertir las potencialidades de algas y microalgas en procesos industriales. / AINIA CENTRO TECNOLÓGICO

Tras las recientes lluvias otoñales es posible que en muchas de las charcas creadas se multipliquen las microalgas. Mares, ríos, lagos y estanques las contienen. Son microorganismos que tienen al menos dos propiedades muy valoradas hoy en día que comparten con sus hermanas mayores, las algas: absorben gran cantidad de dióxido de carbono (CO2) para realizar su fotosíntesis y contienen compuestos (lípidos, proteínas, pigmentos, vitaminas, enzimas) potencialmente aprovechables en múltiples usos, como alimentación, energía, cosmética y farmacia, entre otros. Incluso son capaces de transformar sustancias y aguas residuales en biomasa útil.

Esta última aseveración la daban a conocer esta semana en la actualización de los trabajos del proyecto Cenit (Consorcios Estratégicos Nacionales en Investigación Técnica) Vida, acrónimo de Valorización Integral de Algas. Trece empresas y veinticinco organismos de investigación liderados por Grupo Iberdrola intentan convertir las potencialidades de algas y microalgas en procesos industriales y comerciales de los que salgan productos y servicios. En septiembre, uno de los centros tecnológicos asociados a Cenit Vida, Ainia, daba a conocer la elaboración de prototipos de galletas y salsas que estimulan el sistema inmunológico gracias a la incorporación de sustancias extraídas de dos géneros de microalgas. Se trata de otro proyecto, denominado Inmugal, en el que también participan Azit-Tecnalia, Inbiotec y Fundación Leia.

En España casi un centenar de iniciativas como Vida e Inmugal localizan y desarrollan las variedades de microalgas acordes (en ocasiones incluye la modificación genética) con los fines perseguidos, investigan sus múltiples propiedades, las cultivan y se afanan por lograr el salto definitivo a la escala comercial. Desde la Comisión Europea meten prisa. Recientemente dio a conocer una propuesta de modificación de directivas sobre energías renovables y carburantes en la que recorta la participación de los biocarburantes fabricados a partir de cultivos tradicionales en los objetivos de renovables en el transporte para 2020. En su lugar, propone que se utilicen otras materias primas, como residuos vegetales y algas.

Sin embargo, al menos hasta 2016 no se espera que haya biodiésel basado en algas. Así lo pronostican desde la Plataforma Tecnológica Española de la Biomasa (Bioplat), que elaboró un estudio sobre el presente y el futuro de la investigación en este sector en España. Margarita de Gregorio, coordinadora de Bioplat, afirma que “hay dos grandes grupos de actuación, el de la cosmética y la alimentación, que va más avanzado por las necesidades tecnológicas e industriales que precisa, y el de la energía, más retrasado por el gran volumen de producción de algas y de rentabilidad de los procesos al que tiene que hacer frente”. Además de biodiésel, la investigación con fines energéticos también se orienta hacia el bioetanol, la gasificación y el hidrógeno.

Por otro lado, las dos formas de cultivar algas y microalgas, en foto-biorreactores y en grandes piscinas que ocupan decenas de hectáreas, también condicionan su desarrollo. Pero no lo obstaculizan. La unión entre Exeleria, filial del Grupo Everis orientada a la gestión integral de servicios ambientales, y BTME (Biotecnología de Microalgas), ha puesto en marcha en Jérez de la Frontera (Cádiz) la segunda mayor planta de producción de microalgas de Europa y la mayor de España, según los promotores. En ella esperan cosechar treinta toneladas de estos microrganismos durante los dos próximos años y generar cien toneladas a partir de 2014. Se destinarán a la investigación y producción en campos como la alimentación de peces, la generación a escala industrial de Omega 3 y biocarburantes. Añaden que “las instalaciones combinan las ventajas de la producción en fotobiorreactores tubulares con las de la producción en raceways(piscinas de producción de microalgas), lo que asegura una gran flexibilidad para producir productos para diversas aplicaciones”.

Microalgas para galletas y biocarburantes | Sociedad | EL PAÍS.

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Las bacterias eléctricas | Ciencia | elmundo.es

La bacteria eléctrica. | Nils Risgaard-Petersen

Algunas bacterias pueden comportarse como cables eléctricos. Este es el sorprendente descubrimiento de un equipo de científicos de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, obtenido durante el análisis de las corrientes eléctricas en el fondo del mar.

En su momento pensaron que estas corrientes circulaban entre las bacterias a través de redes externas en el lecho marino. Sin embargo, acaban de resolver el misterio. Las corrientes se producen en el interiorde las bacterias. El estudio acaba de publicarse en la revista ‘Nature’.

Los científicos observaron, a través del microscopio, un tipo hasta ahora desconocido de bacterias multicelulares, siempre presentes cuando los investigadores medían las corrientes eléctricas. «La idea de que estas bacterias podían ser cables eléctricos se confirmó cuando se observó, dentro de la bacteria, alambres parecidos a cadenas delimitadas por una membrana«, ha explicado el autor, Nils Risgaard-Petersen.

La bacteria es cien veces más delgada que un pelo y está formada por números hilos aislados dentro de ella. Algo muy similar a los cables que conocemos hoy en día.

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BBC Noticias – Las superbacterias vuelan y se propagan en el aire

Científicos británicos descubrieron que las superbacterias de los hospitales tienen la capacidad de flotar hasta por más de tres metros en corrientes aéreas y son capaces de contaminar incluso superficies alejadas de las camas de pacientes infectados.

El hallazgo, afirman los científicos, podría explicar porqué, a pesar de los estrictos regímenes de limpieza y controles de higiene, algunos hospitales continúan luchando para evitar que estas bacterias se transmitan de un paciente a otro.Los investigadores de la Universidad de Leeds, Inglaterra, afirman que es necesario investigar más cómo ocurre la transmisión aérea de estos microbios.

Se pensaba que la propagación de EDRM sólo era por contacto.

Los científicos llevaron a cabo pruebas de laboratorio con una bacteria asociada al EDRM (estafilococo dorado resistente a la meticilina). Encontraron que ésta puede volar hasta 3,5 metros. Y afirman que el hallazgo podría tener implicaciones para el diseño y organización de los hospitales.

Se sabe ya que las superbacterias, como el EDRM y la C-dificile, pueden propagarse por el contacto. Los pacientes o visitantes de hospitales, e incluso el personal, pueden de forma inadvertida tocar superficies contaminadas con bacteria y transmitir la infección a otros, lo que resulta en una lucha constante para mantener las manos y las superficies limpias en estos establecimientos. La nueva investigación, sin embargo, muestra que toser, estornudar o simplemente sacudir las sábanas, puede enviar a los microbios a viajar por el aire, lo que les permite contaminar superficies que acaban de ser desinfectadas. El hallazgo, dicen los investigadores, muestra que es urgente llevar a cabo más estudios para establecer el impacto que puede tener esta propagación en la lucha contra estas infecciones.

Propagación aérea

Las tasas de EDRM se han reducido de forma drástica en la última década. En algunos establecimientos, sin embargo, las cifras de infección siguen siendo demasiado altas. El equipo de la Universidad de Leeds cree que la transmisión aérea podría explicar esto. Los científicos utilizaron una cámara biológica de aire para replicar las condiciones en los cuartos de una y dos camas en hospitales. Liberaron pequeñas partículas que contenían estafilococo dorado, una bacteria vinculada al EDRM, que eran liberadas de un maniquí térmico que simulaba al cuerpo humano.

El lavado y desinfección de manos es la principal estrategia para reducir las infecciones de EDRM.

El nivel de contaminación fue inmediatamente más alto alrededor del maniquí, pero también se encontró evidencia del microbio a 3,5 metros de distancia, explica el estudio publicado en la revista Building and Environment. Una portavoz de la Agencia de Protección a la Salud del Reino Unido señala que aunque se sigue pensando que la propagación de EDRM en hospitales ocurre principalmente por contacto directo, es necesario llevar a cabo más estudios para establecer la importancia de esta nueva ruta de contagio. Julie Stoor, presidenta de la Sociedad de Prevención de Infecciones, afirma que éste es un «estudio interesante» que necesita profundizarse. Pero agrega que es importante recordar que la higiene de manos sigue siendo la medida más efectiva para combatir la propagación de las infecciones hospitalarias.

BBC Mundo – Noticias – Las superbacterias vuelan y se propagan en el aire.

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Los dos polos albergan microorganismos diferentes | EL PAÍS

A pesar de tener en común los cambios extremos en la radiación solar, las bajas temperaturas y la formación de hielo en invierno, los microorganismos marinos del Ártico y de la Antártida resultan ser muy diferentes, según un estudio internacional de secuencias genéticas. El estudio, en el que han participado científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), también pone en evidencia el carácter único de las comunidades bacterianas que pueblan el océano Ártico, no solo en comparación con las aguas antárticas, sino también con el resto de océanos.

El consorcio de investigadores, de Francia, Nueva Zelanda, EE UU, Canadá, Suecia y España, ha analizado 800.000 secuencias genéticas procedentes de 90 muestras de microorganismos. En concreto, los científicos, que publican los resultados en la revista PNAS, han comparado 20 muestras del océano Antártico con 24 del Ártico recogidas en la superficie y en las profundidades. Además, han incluido 48 muestras adicionales de latitudes más bajas para analizar la huella polar en la biogeografía bacteriana marina del océano global.

Los científicos han comparado específicamente muestras de las regiones costeras y de mar abierto, así como muestras recogidas en invierno y en verano. Los resultados señalan que las similitudes taxonómicas son mayores entre microorganismos que viven en las profundidades del océano, ya que el 40% de las especies son comunes, mientras solo el 25% de los grupos taxonómicos de microorganismos identificados en la superficie de los océanos polares es común.

“Las bacterias que forman el plancton de la superficie están sometidas a condiciones más variables que se desencadenan a corto plazo, mientras que las de las profundidades están estructuradas en función de la conectividad de la circulación oceánica”, explica Carlos Pedrós‐Alió, uno de los autores del trabajo, del Instituto de Ciencias del Mar.

Las mayores diferencias tienen que ver con el aporte de agua dulce a estos ecosistemas. Aunque los dos polos reciben agua procedente del deshielo glacial, el agua dulce que recibe el Ártico llega, sobre todo, de las grandes cuencas continentales de los sistemas fluviales. Esta circunstancia es probablemente la explicación para las grandes diferencias entre los polos observadas en los microorganismos que viven en las regiones costeras.

Los dos polos albergan microorganismos diferentes | Sociedad | EL PAÍS.

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El secreto de la increíble bacteria de la NASA – ABC.es

Una nueva investigación rechaza que el organismo descubierto en California sea una nueva forma de vida y explica cómo es capaz de sobrevivir en ambientes ricos en arsénico

Es muy probable que el lector recuerde a la famosa bacteria del arsénico, que la NASA presentó a bombo y platillo en 2010 porque, según los autores de la investigación, era capaz de sustituir en sus moléculas el fósforo por el arsénico, uno de los más dañinos venenos que existen. El hallazgo suponía una nueva forma de «estar vivo» que desafiaba todo lo que creíamos saber hasta ahora sobre el complicado proceso bioquímico de la vida. Sin embargo, pronto se alzaron las voces de otros científicos que clamaban contra la investigación y la tachaban de falsa o incompleta. Un nuevo estudio, publicado esta semana en la revista Nature, viene a ahondar en las críticas. Según explican, las bacterias son capaces de «pescar» pequeñas cantidades de fosfato en su entorno, incluso si se encuentran en ambientes muy ricos en arsenio. Es decir, no emplean el veneno para vivir.

Los investigadores del Weizmann Institute of Science en Rehovot, (Israel) observaron esta característica en varias cepas bacterianas, incluyendo la cepa del lago rico en arsénico de California, el lago Mono, donde fue descubierta la supuesta bacteria del arsénico. Los investigadores observaron cómo estos microorganismso se las arreglan para obtener fosfato, un elemento esencial para la vida, en lugares altamente tóxicos. De esta forma, pueden tolerar altas concentraciones extracelurares de arsénico, pero aún así utilizar fosfato en sus biomoléculas.

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Una de mis frases favoritas: Oswald T. Avery

Los trabajos de Avery, McLeod y McCarty son cruciales en la Genética moderna. Por primera vez se asociaban los ácidos nucleicos a los genes, el material heredable, sin lugar a dudas. Después de los trabajos de Miescher, los trabajos de Avery en el ’44 ratificaron los de Frederick Griffith (1923) y avanzaron hacia una carrera que terminaría sólo nueve años después con J. Watson, F. Crick, M.Wilkins y R. Franklin.

Poco después de descubrir su famoso «principio biológico transformador» a partir de neumococos, Avery pronunció una frase que figura en los anales de la historia de la Genética:

«Si estamos en lo cierto, y por supuesto que no se ha probado, entonces significa que los ácidos nucleicos no son sólo estructuralmente importantes, sino que funcionalmente son sustancias activas en la determinación de las actividades bioquímicas y las características específicas de las células y por medio de una sustancia química conocida es posible inducir predecibles y hereditarios cambios en las células. Esto es algo que ha sido durante mucho tiempo el sueño de los genetistas. » Oswald T. Avery, 1943

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Logran revivir bacterias que llevaban más de cien años dormidas

Madrid, (EFE).- Investigadores del Centro español de Astrobiología (CAB) han logrado revivir bacterias incrustadas en sal que llevaban más cien años «dormidas», en unas muestras que fueron recogidas en el lago salado Chott El Jerid, en el suroeste de Túnez.

Este hallazgo ha sido presentado hoy en el VII Congreso Europeo de Ciencias Planetarias, que se celebra esta semana en Madrid, y forma parte de un proyecto internacional que analiza el citado lago para determinar si es un análogo planetario de Marte con el objetivo de estudiar las condiciones de habitabilidad en ambientes extremos. Las extracciones de las muestras de sal se realizaron por parte del CAB -centro del CSIC e INTA- en 2010.

Según ha informado a Efe Felipe Gómez, uno de los responsables de este proyecto e investigador del CAB, lo primero que se hizo fue convertir las muestras en láminas delgadas y pulirlas para poder hacer análisis microscópicos, tras los que se hallaron pequeñas acumulaciones de materia orgánica dentro de los cristales de sal.

En concreto, ha continuado, en la sal se encontraron micronichos de heterótrofos, bacterias que se nutren de otra materia orgánica. Para revivirlas, fue necesario un medio de crecimiento fresco, en este caso glucosa y alguna otra molécula orgánica, ha detallado.

Para este investigador, este experimento es importante porque con él se demuestra que pueden existir micronichos de vida aislados de la atmósfera que «pueden aguantar durante mucho tiempo hasta que encuentran las condiciones apropiadas para revivir».

«Algo así se podría encontrar en Marte», ha señalado Gómez, quien ha añadido que se trata de otra manera de buscar vida en este planeta. Y es que en Marte, debido a las condiciones extremas de la superficie, habría que buscar vida en el subsuelo y en estos micronichos, que podrían servir como lugares de protección para la vida.

Revivir bacterias no es la primera vez que se consigue, aunque sí es excepcional, según Gómez. Precisamente de los proyectos encaminados a encontrar rastros de vida en Marte y de la importancia de probar en escenarios análogos al planeta rojo la tecnología de misiones espaciales se ha hablado en la jornada de hoy del Congreso de Ciencias Planetarias. Además del proyecto del lago Chott, se han presentado datos de los trabajos de Río Tinto (Huelva), en Atacama (Chile) y los llevados a cabo en Isla Decepción (Antártida) para probar métodos que en un futuro podrían servir en la detección de vestigios de vida microbiana en exploraciones planetarias -todos también del CAB-.

En cuanto a Río Tinto, su responsable, Ricardo Amils, ha relatado en rueda de prensa que se ha perforado el subsuelo, dentro del proyecto «Vida Subterránea en la Faja Pirítica Ibérica».

Logran revivir bacterias que llevaban más de cien años dormidas.

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El mortal hantavirus podría afectar a 10.000 personas en EE.UU.

En 2011, la mitad de los casos detectados acabaron en muerte | Desde 1993 el promedio de fallecidos en casos detectados es del 36 por ciento

Un ejemplo de hantavirus, CDC/ Cynthia Goldsmith, Luanne Elliott /Wikipedia

Los Ángeles. (EFE).- Unas 10.000 personas que se alojaron recientemente en cabañas del Parque Nacional de Yosemite corren riesgo de haber contraído hantavirus, un virus mortal, informaron hoy los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. «La gente que se hospedó en las Signature Tent Cabins (en el campamento Curry Village) entre el 10 de junio y el 24 de agosto podría estar en riesgo de desarrollar el hantavirus en las próximas seis semanas», explicó el CDC en un comunicado.

En las últimas horas se han detectado al menos dos casos más de la enfermedad que hasta ahora ha provocado la muerte a dos personas, elevando así el número confirmado de infectados a seis, según las autoridades. Otros supuestos casos se están investigando en la actualidad. El CDC urgió a cualquier persona en esa situación a hacerse exámenes médicos en caso de experimentar algún síntoma asociado al síndrome pulmonar por hantavirus (HPS, siglas en inglés), una infección poco frecuente pero que puede llegar a ser mortal y es diseminada por ratones y ratas.

Los síntomas son fatiga, fiebre, dolores musculares -especialmente en muslos, caderas y espalda-, dolor de cabeza, escalofríos, mareos, náuseas, vómitos, diarrea, dolores abdominales y dificultades para respirar. Los roedores expulsan el virus a través de la orina, los excrementos y la saliva. Según el portal Medline Plus, pequeñas gotas del virus pueden flotar en el aire y los humanos pueden contraer la enfermedad si respiran ese aire infectado o entran en contacto con los roedores o sus excrementos.

Seguir: http://www.lavanguardia.com/sucesos/20120901/54344214523/mortal-hantavirus-ee-uu.html#ixzz25DcW8iPp

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La vida oculta en el agua

Un grupo de estudiantes del instituto de secundaria Batalla de Clavijo, de Logroño, ha ganado el concurso mundial Google Science Fair en la categoría de edad de 15 a 16 años. Se trata de un concurso de ciencia en línea, en el que participa Scientific American con el premio Ciencia en Acción, que anima a jóvenes estudiantes a presentar proyectos de investigación sobre algún tema de su interés o algún problema del mundo real. Los premiados han presentado un trabajo sobre la vida microscópica de las aguas dulces. Han observado multitud de microorganismos de morfologías, colores y formas de vida muy diversos, han identificado los grupos a los que pertenecen y han determinado cientos de ellos. Además, han creado una base de imágenes de miles de fotografías y han realizado diferentes experimentos para conocer cómo viven y cómo influyen estos seres diminutos en nuestro entorno.

En su trabajo afirman: «Nos ha sorprendido comprobar que una gota de agua contiene una enorme cantidad de vida, seres muy variados y diferentes, como en una selva muy poblada. Unos son inmóviles, otros se mueven velozmente, podemos ver cómo se alimentan y reproducen, por qué tienen determinadas formas y cómo, dependiendo del lugar, aparecen organismos diferentes, como en los ecosistemas terrestres. La hipótesis que hemos elaborado es que en el agua, se puede observar en pequeño, lo que ocurre a nuestra propia escala en nuestro planeta, todo es más pequeño, igual de complejo y todo ocurre velozmente, como un universo paralelo y diminuto.» Y concluyen: «…el conocer este universo abre nuevas preguntas, cada nuevo ser que conocemos es un nuevo misterio y por tanto, a veces, un montón de preguntas, pero al mismo tiempo nos ayuda a comprender mucho mejor el medio natural y el planeta en el que vivimos.»

Algunos de los microorganismos representativos de aguas limpias encontrados en las localidades muestreadas.

Sigue leyendo reseña en IyC La vida oculta en el agua.

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